Juan SIN MIEDO

Lo que pasó pasó, reza el dicho y no se puede hacer marcha atrás. Es más, lo que pasó es el fruto de esa intolerancia que venimos denunciando hace tiempo y que parece enquistada en la mentalidad de un gobierno esmerado en confrontar con su pueblo. Soberbia, tal vez; negocios, quizá; miedo, seguramente.
Aún recuerdo aquella reunión, con más de 100 presentes, donde el entonces aún vicegobernador Herrera se hizo presente ante la asamblea (y en su campaña) trayendo como trofeo los contratos de Yamiri con Barrick. Entonces le pregunté si iban a ser capaces de sacar una ley en contra de la mega minería a lo que él, muy ofuscado, manoteó el micrófono y casi gritando contestó que “la única alternativa para parar la minería que teníamos, era él”. De más está decir que allí terminó la reunión y luego salió la ley antes de las elecciones. La ley duró un suspiro, porque después, electo gobernador… ¡es mejor no recordar! Aniversario de ChilecitoNo importa cuán grande sea el bozal, no podrán acallar a un pueblo que estaba de testigo. No interesa que se bajen líneas en el canal oficial, que se gasten litros de tinta negando lo acaecido, que se calcinen las incompetentes neuronas oficiales, buscando la campaña -esa campaña- que borre lo ocurrido.Sería bueno que escuchen lo que las circunstancias aconsejan: pedir disculpas, reconocer el error, salir del libreto de frases y palabras exactas que producen tal o cual efecto y que sugieren o imponen desde las “consultoras de imagen” de las mineras a las que obedecen. Digan cuántos policías de uniforme, cuántos locales, cuántos de civil, quien dio la orden, porque al fin, todo se sabe.Las fuerzas del orden nunca actuaron sino por disposiciones de arriba y aún en ocasiones, después algunos se justificaron diciendo que ellos debían obedecer. ¡Qué gente agresiva, claro! Mujeres, mujeres ancianas ¿Ninjas habrán sido, o los Angeles de Charlie?, gente armada con letales cámaras fotográficas, mortales uvas con nitroglicerina…No busquemos más quien dio la orden. Quien lo hizo fue un personaje que acumula recelo, ineptitud, obstinación, bronca. Es alguien en quien no habita la razón necesaria para poder dominar sus exaltaciones y lograr solucionar este problema de estos Indios del Famatina. Es, seguramente, una persona acostumbrada al autoritarismo servil, algún negrero, alguien que no se enteró que abolieron la esclavitud y que los ciudadanos no son súbditos. Es sin dudas, alguien que caminará solo hacia el fracaso más rastrero, porque íntimamente sabe que los pocos que lo adulan, no es porque lo admiran o lo respetan, sino porque le temen y esperan algo de él. Si el efecto buscado era amedrentar al pueblo, éste, lejos de temerles, salió con más convicción a mostrar y demostrar que está más seguro que nunca que no quiere esa minería que ellos quieren imponernos. Por más que ataquen, difamen, pongan expositores mineros, salgan funcionarios municipales en tapas de diarios mineros, etc. etc. el pueblo tiene arraigado para sí un concepto de lo que no podrán cambiar: EL FAMATINA NO SE TOCA.
...Pero líbrenos Dios de los gobiernos y de los hombres a quienes aconseja el miedo: son implacables... (Sarmiento; develando como obraría después con el Chacho)
…necesitaría (el Príncipe) tener continuamente en la mano el puñal y se encontrará siempre imposibilitado de contar con la confianza de los súbditos, a quienes tantas y repetidas veces hubiere ofendido. (Maquiavelo)
ver en: http://www.youtube.com/watch?v=UQoQe5Z0yE0