Despedida de un piloto que quedó en Malvinas

Enviada por la sobrina del autor, Martha Elena Falconier.
¡Gracias Martha Elena!

Guerra de las Islas Malvinas, año 1982.

Falconier, el piloto de aviación que, antes de morir, se despidió por carta de sus hijos, por si no regresaba.

“Les dejo el apellido para que lo lleven con orgullo”

“A Ñequi y Mononi: su padre no los abandona, simplemente dio su vida por los demás, por ustedes y vuestros hijos.... y los que hereden mi Patria.
Les va a faltar mi compañía y mis consejos, pero les dejo la mejor compañía y el más sabio consejo, a Dios: aférrense a Él, sientan que lo aman hasta que les estalle el pecho de alegría, y amen limpiamente, que es la única forma de vivir la “buena vida”, y cada vez que luchen para no dejarse tentar, para no alejarse de Él, para no aflojar. Yo estaré junto a ustedes, codo a codo aferrando el amor.
Sean una “familia”, respetando y amando a mamá aunque le vean errores, sean siempre sólo “uno”, siempre unidos.
Les dejo el apellido: Falconier para que lo lleven con orgullo y dignifiquen, no con dinero ni bienes materiales, sino con cultura, con amor, con belleza de las almas limpias, siendo cada vez más hombre y menos “animal” y por sobre todo enfrentando a la vida con la “verdad”, asumiendo responsabilidades aunque les “cueste” sufrir sinsabores, o la vida misma.
Les dejo:
Muy poco en el orden material,
Un apellido “Falconier”, y
A Dios (ante quien todo lo demás no importa)
Papá

PD: Para que mis hijos lo lean desde jóvenes y hasta que sean viejos, porque a medida que pasen los años, adquieran experiencia, o tengan hijos, le irán encontrando nuevo y más significado a estas palabras que escribí con amor de padre”